Desde el Ruido de las calles hemos querido presentar una breve historia sobre los inicios del Periodismo. Gracias a la portación de escritores, pensadores y otros colectivos hemos llegado al desarrollo de las ciencias de comunicación hasta dar lugar a los diversos medios de difusión actuales que hoy conocemos y que, sin duda, siguen en continua evolución. Por eso, epxlicamos brevemente el contexto internacional y nacional del Siglo XVIII, conocido como el Siglo de las Luces, y finalizamos con la etapa de consolidación de la prensa: 1737-1750.
“Es como si de repente nada fuera interesante”. Es una frase
que ha estado rebotando en mi cabeza. Las ciudades pueden ser bastante
aburridas. El problema de la rutina es que se adentra hasta los huesos,
haciendo que los actos no cobren un sentido. He notado que desde que vivo en
Madrid, he hecho demasiado caso a la cultura visual, a la frialdad de la ciudad.
No he encontrado gente interesante, de hecho estoy notando que una ciudad como Madrid
es un centro neurálgico en el que convergen distintos ríos de migraciones. Hace
años, este confluencia de migraciones, podría haber desarrollado un ambiente intercultural,
creativo y posiblemente un sólido puente al que llegar a una orilla dónde
podamos ver una perspectiva distinta: un cambio en el discurso sobre el
entendimiento de las personas. Sin embargo las personas se quedan en su sitio,
con un propósito incierto y una borrosa intención de significar.
He notado que hay ciertos grupos que se consolidan al llegar
a esta ciudad como “alternativos”. Se mezclan
pero a la vez se hacen notar. Conocer a estas personas es una curiosa
experiencia. Personalmente he podido experimentar cómo algunas de estas
personas creen encarnar un espíritu innovador y revolucionario. Analizando la
situación se observa que estos grupos suelen formarse mediante personas muy
introducidas dentro del status quo. Con esto quiero decir que normalmente los
movimientos que se salen de la norma suelen ser bloqueados mediante su
comercialización: el propio sistema socioeconómico tiene una herramienta muy
poderosa en sus manos para absorber y transformar todo aquello que salte la
regla. Le pasó al movimiento por los derechos homosexuales, le está pasando al
ecologismo, y por supuesto le está pasando a toda una generación de jóvenes
cuya iniciativa a crear algo diferente se ve eclipsada por un aplastante
mercado de consumo.
Muchas de las personas que son conscientes de ello parecen
ver una solución en un desarrollo profesional y personal en el extranjero.
Muchos lo llaman “fuga de cerebros” como una especie de reproche, como una
traición hacia el Estado. Sin embargo me pregunto si es la sociedad española la
que no proporciona herramientas de defensa para combatir la apatía creativa.
Esta sociedad podría describirse como rancia, atrasada, insensible a la
necesidad de cambio, ¿es posible pensar de ella como una sociedad miedosa?
Probablemente, ya que la sociedad española no parece ser consciente del
terrible conformismo que va royendo el futuro desarrollo y que es una clara
herencia de ciertas políticas dictatoriales destinadas a crucificar la
innovación (tanto económica como cultural y filosóficamente). ¿No es acaso esta
herencia y las actuales decisiones políticas las que favorecen esta “fuga”?